top of page

En la comunidad de lecheros de Sesquilé, la leche de todos va al mismo camión. Hay quienes, como Miguel buscan la mejoría de la región por medio de cooperativas que mejoren la calidad e ingresos. Para esto se necesitaría que todas las personas de la región se comprometan a manejar los mismos hábitos para alcanzar los mínimos estándares de calidad requeridos en Colombia y así subir el nivel de competitividad de su negocio. El problema, es que en esta comunidad residen personas como Mery que no ven la producción lechera como un negocio sino como un estilo de vida y en medio de su comodidad no tienen aspiraciones a futuro como las que tiene Miguel, por lo que no se empeñan en mejorar su calidad. Si el camión le sigue recogiendo la leche a estos dos tipos de persona nunca se va alcanzar el estándar de calidad requerido nacional ni internacionalmente poniendo a estos campesinos Colombianos en desventaja con aquellos campesinos extranjeros que si logran hacer de la leche un negocio competitivo en el mercado.

El Dilema

El Dilema: NUEVA VERSIÓN

En la comunidad de lecheros de Sesquilé, la leche de todos va al mismo camión. En la comunidad se distinguen dos partes, por un lado las actores arrendatarios y por otro lado aquellos actores que son dueños de sus propiedades por herencia de sus antecesores o vivientes de las fincas. Se logró ver que hay quienes buscan la mejoría de la región y la actividad por medio de cooperativas que mejoren la calidad y seguridad en sus ingresos, pero también están aquellos que asumen la actividad lechera como un estilo de vida y no como un negocio.La situación que se presenta actualmente es que los diferentes hábitos e intereses, influenciados por aspectos culturales, perjudican a la comunidad en general en cuanto a la calidad de leche que están entregando. Sin embargo, en la comunidad actualmente existe un actor “fantasma” (Pablo Prieto) que recoge todo tipo de calidad de leche (leches acidas), pero la realidad es que los pagos no se cumplen a tiempo, se paga en cuotas, o en ocasiones no se paga. Si el camión le sigue recogiendo la leche a estos dos grupos, y si la presencia de este actor “fantasma” sigue siendo una opción cuando la leche está acida, nunca se va a alcanzar el estándar de calidad nacional e internacional requerido para exportar, poniendo a estos campesinos colombianos en desventaja con aquellos campesinos extranjeros que si logran hacer de la leche un negocio competitivos en el mercado.

bottom of page